Claves para Evitar Funcionalidades Innecesarias y Acelerar el Desarrollo
MVP, Consejos, Actualidad
Crear un MVP (Producto Mínimo Viable) exitoso es uno de los pasos más críticos para validar una idea de negocio. Sin embargo, uno de los errores comunes al desarrollar un MVP es añadir funcionalidades extra que ralentizan el proceso y diluyen el propósito inicial. Un MVP bien estructurado debe centrarse en resolver el problema principal del usuario con la mínima cantidad de recursos y tiempo posible, evitando funcionalidades que no aporten valor inmediato. Aquí te compartimos las claves para construir un MVP ideal y mantener el enfoque en lo esencial.
Antes de desarrollar cualquier funcionalidad, asegúrate de tener claro cuál es el problema que intentas resolver y cómo tu producto se propone solucionarlo. Esto ayuda a priorizar aquellas funciones que son absolutamente necesarias para ofrecer valor al usuario.
2. Identifica y Prioriza Funcionalidades Esenciales
Haz una lista de las funcionalidades que podrían formar parte de tu producto, y luego clasifícalas en dos categorías: “esenciales” y “extra”. Las funciones esenciales son aquellas sin las cuales el producto no podría cumplir su propósito principal; las extras pueden añadirse en fases posteriores. Este ejercicio te ayudará a evitar sobrecargar el desarrollo desde el principio.
3. Desarrolla una Propuesta de Valor Clara
Un MVP debe dejar claro por qué tu producto es útil desde el primer contacto del usuario. Comunica de forma directa y concisa cuál es el valor que ofrece y asegúrate de que las funciones incluidas en el MVP apoyen esa propuesta de valor.
4. Utiliza Prototipos y Mockups
Antes de pasar a la codificación, considera utilizar prototipos o mockups para visualizar y validar el flujo y las funcionalidades con el equipo o con usuarios de prueba. Esta práctica no solo ayuda a refinar el producto, sino que también evita errores y adiciones innecesarias en etapas posteriores.
5. Prueba y Ajusta Basándote en Feedback
Una vez lanzado, recopila feedback de los usuarios y haz mejoras basándote en sus necesidades reales. Esto permite una evolución gradual del producto, construyendo en base a lo que realmente aporta valor, en lugar de asumir funcionalidades que podrían no ser necesarias.